Si Pedro Sánchez Pérez-Castejón, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, quisiera que el chino mandarín fuese la lengua vehicular de la enseñanza española, el chino mandarín, tarde o temprano, sería la lengua vehicular de la enseñanza española. Por el contrario, si a Alberto Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, se le ocurriese lo mismo estando en el gobierno, arderían las calles durante semanas. Esto es así, no porque Sánchez sea más guapo o tenga más poder que Núñez Feijóo, sino porque Sánchez pertenece al PSOE y Núñez Feijóo a su comparsa.
Seguir leyendo