El Gran No

Yo quiero ser del equipo del Gran No. Donde se ponga una buena negación que se quite cualquier voluntad afirmativa. En el fondo, no hay nada parecido a un Gran Sí. Afirmamos, por supuesto, pero ninguna de nuestras afirmaciones constituye una decisión soberana, una constatación de que estamos vivos. La afirmación es apática e inercial. El auténtico conocimiento aparece cuando negamos. El niño tiene muy claro que no le gusta esa comida y el adolescente que no quiere estudiar. Sabemos lo que no somos mejor que lo que somos, y a dónde no llegaremos en la vida antes que el lugar que ocuparemos. Toda experiencia depende menos de lo que hacemos que de lo que no hemos hecho. Negar, por tanto, es un acto performativo; afirmar no pasa de la mera expresión de lo evidente.

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