Desde el año 2002 trabajo en la enseñanza pública, y desde 2006 soy funcionario de carrera. Llevo dos décadas yendo al instituto una media de seis horas al día de lunes a viernes, y estoy dieciséis años sin preocuparme excesivamente por mi futuro laboral. Puesto que tengo la plaza en propiedad, puedo echar raíces cerca de mi trabajo. No siento la inseguridad que dicen sentir amigos que no son funcionarios; mi situación me ofrece la suficiente estabilidad como para que pueda permitirme hacer planes de futuro.
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