Si Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, quisiera que el chino fuese la lengua vehicular de la enseñanza española, el chino, tarde o temprano, sería la lengua vehicular de la enseñanza española. Por el contrario, si a Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, se le ocurriese lo mismo estando en el Gobierno, arderían las calles durante semanas. Esto es así, no porque Sánchez sea más guapo o más poderoso que Feijóo, sino porque Sánchez pertenece al PSOE y Feijóo a su comparsa.
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