Se termina un camino que comenzó hace treinta y cuatro años con la aprobación de la LOGSE. Cuanto aquella ley pretendía en su preámbulo se cumple con pasmosa precisión ahora. Sabemos que todo ese tiempo sólo ha sido una preparación para el presente. Lo sabemos porque la actual LOMLOE, con su oposición explícita a lo que con desprecio denomina como «saberes enciclopédicos», da carta de naturaleza a la indolencia y normativiza definitivamente la incultura. Por eso digo que se acaba un camino. Un camino en el que el PSOE (con la complicidad del PP) ha desmantelado la enseñanza española para adaptarla a la principal exigencia del sistema productivo: abandonar para siempre el ideal de ciudadanía ilustrada y convertir las escuelas en las fábricas del nuevo proletariado.
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Civilización
Como todos los países, España alberga muchos pecados originales, pero, a diferencia de sus vecinos europeos, el del nacionalismo no está entre ellos. De hecho, casi siempre han pinchado en hueso los intentos de inocularle un veneno de esa índole; veneno que, cuando ha hecho efecto, nunca ha pasado del folklorismo decimonónico o de la retórica nacionalcatólica, tan infértiles ambos como la mayoría de los pedregales donde encalla la historia.
Seguir leyendoLa destrucción o el amor
Están casi todos. A la izquierda, vemos de pie a Miguel Hernández, seguido de Leopoldo Panero, Luis Rosales, Antonio Espina, Luis Felipe Vivanco, José Fernández Montesinos, Arturo Serrano Plaja, Pablo Neruda y Juan Panero. Sentados (de izquierda a derecha también) se encuentran Pedro Salinas, María Zambrano, Enrique Díez-Canedo, Concha Albornoz, Vicente Aleixandre, Delia del Carril y José Bergamín. El del suelo es Gerardo Diego. La foto está tomada el 4 de mayo de 1935, en el Restaurante Biarritz de Madrid. Todos se han leído. Todos se admiran. Todos se envidian amigablemente. Los suponemos después de la comida. Sonríen relajados. Quizás alguien haya gastado alguna broma. Tal vez continúen con una conversación iniciada antes del posado. Se reúnen para homenajear a Aleixandre, Premio Nacional de Literatura por su libro La destrucción o el amor. Y es esto precisamente lo que otorga a la imagen una suerte de trágica ironía. Porque un año después de aquel amoroso ágape, algunos de ellos intentarán destruirse mutuamente.
Seguir leyendoCárceles obligatorias hasta los dieciocho años
La propuesta del PSOE no es nueva; ya amagó con ella hace unos años, cuando era ministro Ángel Gabilondo. Pero que no sea nueva no significa que deje de ser una pésima noticia. Y lo es esencialmente porque pone de manifiesto, no sólo la enorme distancia que existe entre la comunidad educativa y la clase política, sino la irreconciliable disparidad de intereses que guían a una y a otra. En los institutos se sabe que la mayoría de los casos de indisciplina se da entre chavales que tienen muy claro que no quieren seguir estudiando. De hecho, que cumplan los dieciséis años es algo que siempre acogen con alivio tanto los profesores que tienen la desgracia de darles clase como los alumnos que sí desean estudiar. Por ello, mantenerlos en una cárcel obligatoria dos años más únicamente puede empeorar una situación que, en algunos centros, es ya insostenible.
Seguir leyendoContra la democracia
Como con la edad me he vuelto aristotélico, debo confesar que estoy radicalmente en contra de la democracia. No de «esta» democracia, cuidado, sino de todas las democracias en general. Yo, como Aristóteles, considero que la democracia es una forma política desviada que tiende a la tiranía. Esto no solo lo dice el de Estagira; lo advertirá Tocqueville en La democracia en América veintidós siglos después. La democracia es totalitaria porque no se autocontrola. Cuando permites que las mayorías gobiernen sin freno alguno, estás instituyendo la dictadura de la masa. La masa es un cuerpo gigantesco repleto de músculos y de nervios, pero carente de un cerebro que la haga responsable de sus actos. La masa es poderosa y estúpida. Someterse a sus arbitrariedades es el peor castigo para el individuo. Antes morir a manos de un solo tirano que pisoteado por miles de ellos.
Seguir leyendoEl pueblo es como un niño
El pueblo es como un niño. Como a un niño se le habla y como a un niño se le trata. Como un niño al que le gusta que le cuenten las mismas historias porque son las únicas que puede comprender. Historias sencillas de mundos divididos en dos donde solo existen las cruzadas ideológicas. Mundos planos en los que él es el protagonista de su propio mito, el héroe de la libertad que disfruta y de la democracia que ha ganado merecidamente.
Seguir leyendoSer de izquierdas
Muchos de mis amigos de izquierdas no me creen cuando les digo que yo también soy de izquierdas. Piensan que mi defensa de la unidad de España invalida cualquier coincidencia ideológica que podamos tener. De hecho, estoy seguro de que no habría tantas diferencias entre ellos y, por ejemplo, un partidario de la sanidad privada que, sin embargo, apoyara el derecho de autodeterminación de los pueblos. Para mis amigos, resulta sospechoso que yo no tenga alergia a la bandera, no ponga cara de escepticismo cuando se habla de algún hecho de nuestra historia digno de ser recordado y, sobre todo, no justifique que los territorios (como ocurría en la Edad Media y como exigen ahora los partidos nacionalistas) tengan privilegios.
Seguir leyendoPSOE
Si Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, quisiera que el chino fuese la lengua vehicular de la enseñanza española, el chino, tarde o temprano, sería la lengua vehicular de la enseñanza española. Por el contrario, si a Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, se le ocurriese lo mismo estando en el Gobierno, arderían las calles durante semanas. Esto es así, no porque Sánchez sea más guapo o más poderoso que Feijóo, sino porque Sánchez pertenece al PSOE y Feijóo a su comparsa.
Seguir leyendoEspaña
España es el nombre del país donde nací. No recuerdo si mis padres me lo dijeron de pequeño o si lo descubrí por mi cuenta. Supongo que llegué a España con naturalidad, como hacen todos los españoles, en una página de mis libros de texto o en una línea leída con esfuerzo que no entendí al principio. Luego imagino que fui consciente de que España iba unida al idioma que hablaba, a la silueta de una península en un mapamundi, al paisaje que veía desde aquel Dos Caballos de los primeros viajes con mi familia.
Seguir leyendoPausa hispánica
La relación de lo sucedido en los festejos no escatima detalles. Se celebra el nombramiento de don Juan de Mendoza y Luna, marqués de Montesclaros, como nuevo virrey del Perú, y las autoridades deciden organizar unas justas en su honor. Desfilan siete carros muy bien engalanados, llevando todos ellos un cortejo donde no faltan la música de atabales y chirimías ni los colores encendidos de los ropajes tradicionales de la zona. Vemos en la parada al fornido Bradaleón, al dios Baco, a la Ira, a la Pobreza, al Demonio, a la Blasfemia, al Caballero Antártico vestido de Inca, al Dudado Furibundo, al Caballero Venturoso y al Caballero de la Selva. Hasta aquí, nada extraño. Pero entonces alguien aparece:
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