Cíclopes

Porque tenemos dos ojos, nuestro mundo es horizontal. Ambos recomponen en una sola imagen los elementos que perciben por separado. A esto se le llama estereoscopía, y es algo de lo que, por ejemplo, carecerían los cíclopes. De hecho, su mundo sería vertical, y para disfrutar de una visión semejante a la nuestra, tendrían que estar moviendo la cabeza de un lado a otro. Lo máximo que puede abarcar nuestra mirada es un campo visual de 180 grados; la de un cíclope, en cambio, estaría condenada a no más de 30, es decir, la que permite la discriminación de colores como mucho. Así que, si yo fuera un cíclope, estaría condicionado por mi limitación ocular, y como no podría acceder a la amplitud horizontal del paisaje, no tendría más remedio que vivir reconcentrado en mí mismo.

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