Nacionalismos ecuménicos

Una de las grandes paradojas de los nacionalismos es que su existencia depende de la coartada histórica. Es una paradoja porque semejante necesidad contiene, al mismo tiempo, la semilla de su destrucción y de su fortaleza. Por un lado, los enfrenta a la cruda realidad de la carencia que los amenaza: los nacionalismos tienen mitos en vez de historia. Aunque, por otro, les confiere la osadía suficiente como para convertir el mito en historia. Es eso precisamente lo que ocurre cuando a los Studia Humanitatis del Renacimiento les suceden los estudios filológicos del Romanticismo. Frente a la universalidad de lo clásico, la territorialidad de lo vernáculo. Frente al orbe, el paisaje. Frente al latín, la lengua del pueblo. Vivimos aún inmersos en esa lucha; la muerte de las humanidades es su último capítulo.

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