Personillas

Poco a poco veo más rostros descubiertos en mi trabajo, sobre todo entre los estudiantes (no así entre los profesores, qué curioso), lo cual ha hecho que esta primera semana sin mascarilla obligatoria no haya reconocido a casi nadie. El día antes de la «liberación», se me ocurrió preguntar a mis alumnos si, ahora que podían, vendrían a clase con la cara destapada. La mayoría contestó afirmativamente, pero me sorprendió que los que aún se mostraban reticentes adujeran por unanimidad que seguirían llevándola porque les daba vergüenza quitársela.

Seguir leyendo