Si Pedro Sánchez, presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, quisiera que el chino fuese la lengua vehicular de la enseñanza española, el chino, tarde o temprano, sería la lengua vehicular de la enseñanza española. Por el contrario, si a Núñez Feijóo, presidente del Partido Popular, se le ocurriese lo mismo estando en el Gobierno, arderían las calles durante semanas. Esto es así, no porque Sánchez sea más guapo o más poderoso que Feijóo, sino porque Sánchez pertenece al PSOE y Feijóo a su comparsa.

El PSOE es el partido más importante del arco parlamentario, y lo es porque ha estado más años que ningún otro en el gobierno y, sobre todo, porque, ya desde Suresnes y a través de la Fundación Friedrich Ebert, es la correa de transmisión de los países (EE.UU. y Alemania) que velaron en su día por que la transición política saliera como ellos habían planeado. Por tanto, al ser un partido intervenido por potencias extranjeras, resulta lógico que se le haya permitido ser el único artífice de los principales procesos de ingeniería social que ha experimentado España en las últimas décadas 

Con el PSOE se privatizaron cerca de 80 de las 130 empresas que pertenecían al estado. Con el PSOE se entró en la OTAN y en la Comunidad Económica Europea. Con el PSOE se aprobaron la LOGSE, la ley de violencia de género y el matrimonio homosexual. Con el PSOE se modificó el estatuto de Cataluña, se negoció con ETA el alto el fuego, se reformó el artículo 135 de la Constitución para asegurar el pago de la deuda pública, se dio un giro radical en la política exterior apoyando el plan de autonomía de Marruecos para el Sáhara y, recientemente, se han certificado la ley trans, la del sólo sí es sí, la amnistía y el cupo catalán.

El PSOE es, en definitiva, la institución estelar en torno a la que los demás partidos giran como pequeños planetas para apuntalar las reformas iniciadas en su seno. Lo que significa que, en el fondo, es el principal valedor del régimen político que se inició en 1978. Es decir, la España actual es el PSOE y el PSOE es la España actual. Y si a alguien se le antojase cambiar algo, tendría que ser con su permiso y con el de los intereses geopolíticos que lo mantienen. 

O por encima de su cadáver.

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